Hojas secas.
martes, 27 de noviembre de 2012
Querida yo.
Escribía esta carta solo para decirte que las cosas por aquí no van como yo esperaba. Que si olvidas todo esto, mejor. Pero como yo sé que no vas ha hacerlo, aunque perdones a esa gente que te usa como algo pasajero o aunque intenten rectificar, no vas a conseguir borrar estos pequeños y feos detalles.
Quería decirte que si por alguna fuerza o impulso te lleva a confiar en la gente que te engañó una vez, no lo hagas. Por bonito que te describa su nuevo futuro con ellos. ¿Entiendes? Nadie te va ha querer como eres, todos te van ha hacer daño al fin y al cabo. Más o menos, perdonable o imperdonable. Todos de alguna manera te hacen daño. Si no te muestras fuerte, todos van a ir a por ti. Levanta la cabeza, sécate las lágrimas y sonríe. Aunque luego vengas llorando. Asegúrate de que nadie te vea llorar, tú no eres fuerte, lo sabemos, pero ellos no lo saben. Hazles creer que puedes con eso y más. Cuando estés apunto de rendirte, busca un vídeo gracioso y ríete. Todo lo malo se va a ir. Tarde o temprano.
Espero que no vuelvas llorando a casa y te encierres como habitualmente hacías o hago. Pienso que esto son rachas y los que te utilizan, más tarde, te echarán de menos y querrán volver. No les escuches. El daño se hizo, y jamás se podrá borrar. Esta vida es así de puta, si haces algo mal, o la cagas o aprendes. Y yo aparte de aprender la cago, siempre.
Cuídate.
jueves, 22 de noviembre de 2012
1970-1990.
Llévame a esa época donde las personas sabían de música, donde colarse en un concierto era lo más emocionante que te podría pasar. Ahora lo más emocionante es que te compren unas vans y una reflex. ¿DÓNDE QUEDAN ESOS AÑOS?
The pass.
'Todo lo bueno se acaba como en un cuento.' Y este cuento se acabó. Pasar página y darte cuenta que has cambiado en respecto a... ¿todo?. Lo que era azul, ahora es rojo y lo que era blanco ahora es ¿negro?.
Todos salen, entran, corren para marcharse y otros esperan ser encontrados,. Pero con los ojos vendados es imposible ver a las personas que te quieren. Tan imposible que tienes que dejarte caer para ver quien está abajo del puente esperándote con los brazos abiertos por si caes.
Cuesta mucho identificar a las personas que no hacen daño, tanto, que te mientes a ti mismo para sacrificarme por otros que no te darían ni agua. Tanto, que cuando me quito la venda para ver quienes están a mi lado, veo que en vez de tirarme y continuar, he retrocedido unos ¿meses?.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)