Rumbo a mi corazón.

Cuando el amor llega, no puedes dar marcha atrás. Cuando te enamoras ciegamente de alguien, no hay marcha atrás. Ese ''control humano'' desvanece proporcionalmente con el daño que te haga esa personal. Mientras más te ignora, más lo amas, más le necesitas. Pero, si por el contrario, no te ignora, si puedes dar marcha atrás. ¿Qué por qué? Si te ignora, centras todas tus energías en hacer que te ame y te olvidas de lo que pasa en realidad. Te crees cada una de las palabras que te dice. No puedes dar marcha atrás ya que ese ''control'' lo dejas apartado en una parte de tu cerebro que no usas. Pero si por el contrario, él te ama, no hay problemas. Te enteras de todo lo que ocurre, de cuanto daño te hace y, fundamentalmente, puedes dar marcha atrás, ya que, aunque lo amas, sabes que no te corresponde. Es duro aceptarlo, pero es mejor asimilar la verdad que vivir con la mentira en tu propio mundo donde eres feliz, nadie te hace daño. Parece un cuento de hadas, ¿verdad?. Pues todos los cuentos de hadas tienen finales, y este final es así; te despiertas del sueño y ves la realidad, la realidad de esos 'te quieros falsos'. Eso te va a doler mucho, pero más va a costar olvidarte de él. 
Esta entrada se la dedico a una amiga que, la quiero mucho, y le tengo que decir que es mejor vivir una realidad. Pero si a esa realidad le añades tu propio cuento de hadas, será la historia más bonita. No desperdicies ni una puta oportunidad, si lloras por él, quiero oírte decir 'lo intenté todo, si no lo hubiera echo, no hubiera sabido lo que siente'. La vida es muy perra y te la puede jugar en cualquier momento. Te quiero Silvia.