Las horas se me pasaban más lentas y más rápidas a la vez. Me sentía como si hubiera absorbido todo el aire de un globo gigantesco y a la vez mi cerebro no obtuviera el oxigeno suficiente. Las nubes se habían convertido en algo interesante, la música me sonaba mucho mejor, los mismos viejos chistes de siempre me hacían gracia y… A veces me sorprendía a mí misma sonriendo sin ningún motivo, con los auriculares puestos, escuchando las canciones que relataban nuestra historia, y repasando nuestras conversaciones dentro de mi cabeza, como si de algún modo las estuviera viviendo otra vez.
Ya había sentido cosas así otras veces, pero hacía demasiado tiempo que no me pasaba.
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